Uno de los comentarios más comunes en la perfumería es: "Este perfume no me dura". De hecho, la mayor parte de nuestros clientes nos consulta por la duración del perfume al momento de elegirlo.
En la mayoría de las casos, afirmar que un perfume no dura lo suficiente no tiene mucho que ver con la verdadera longevidad de la fragancia, sino con la forma en que nuestro cerebro y nuestro sentido del olfato procesan los aromas con el tiempo. Aquí es donde entra en juego la anosmia, también conocida como "fatiga olfativa".
¿Qué es la anosmia y la fatiga olfativa?
La anosmia es la pérdida total o parcial del sentido del olfato. Puede ser temporal o permanente y puede deberse a diversas causas, como infecciones respiratorias, alergias o incluso factores genéticos. Sin embargo, lo que más influye en la percepción de la duración de un perfume no es la anosmia total, sino la fatiga olfativa.
La fatiga olfativa es un fenómeno natural en el que nuestro cerebro deja de percibir un aroma después de un período prolongado de exposición. Esto pasa porque nuestro sistema olfativo se adapta rápidamente a los olores constantes para priorizar la detección de nuevos estímulos. Así, aunque el perfume siga presente en nuestra piel y sea percibido por los demás, nuestro propio olfato se insensibiliza y nos da la impresión de que ha desaparecido.
¿Por qué parece ser que un perfume no dura?
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Adaptación del olfato: Nuestro sentido del olfato está diseñado para notar cambios en el ambiente como parte del instinto de sobrevivencia. Una vez que nos acostumbramos a un perfume, nuestro cerebro lo filtra y deja de registrarlo de manera consciente.
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Diferentes moléculas, diferentes duraciones: No todos los ingredientes de un perfume tienen la misma longevidad. Los cítricos y las notas acuáticas suelen evaporarse rápidamente, mientras que las maderas, resinas y almizcles pueden durar horas o incluso días en la piel.
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Tipo de piel y química corporal: La piel de cada persona influye en la fijación de un perfume. Las pieles secas tienden a retener menos las fragancias, mientras que las pieles grasas pueden prolongar su duración.
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Forma de aplicación: Aplicar el perfume en puntos estratégicos como muñecas, cuello y detrás de las orejas puede mejorar su longevidad. También ayuda aplicarlo en la ropa, ya que los tejidos tienden a retener los aromas por más tiempo.
¿Cómo evitar la fatiga olfativa?
Si sientes que no percibes tu perfume después de un tiempo, prueba estos consejos:
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Haz pausas olfativas: Aleja la nariz de la fragancia y respira aire fresco antes de volver a olerla.
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Cambia de perfume ocasionalmente: Alternar fragancias evita que tu olfato se acostumbre demasiado a un aroma específico.
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Pregunta a otras personas: Muchas veces, el perfume sigue siendo perceptible para los demás, aunque tú ya no lo notes.
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Hidrata tu piel: Una piel bien hidratada ayuda a retener mejor los aceites aromáticos del perfume.
La percepción de la duración de un perfume es altamente subjetiva y está influenciada por nuestra propia fisiología y hábitos. Antes de descartar una fragancia por una supuesta poca longevidad, es importante considerar factores como la fatiga olfativa y la composición del perfume.
Finalmente, los perfumes están diseñados para ser disfrutados en capas y momentos, y no siempre de forma constante e ininterrumpida.