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Ingredientes y Notas: No Todo lo que Brilla es Oro

Ingredientes y Notas: No Todo lo que Brilla es Oro

En la perfumería está lleno de historias que seducen tanto como las fragancias mismas. Palabras como "jazmín de Grasse", "ámbar gris" o "rosa de Damasco" se usan básicamente como decoración en etiquetas y campañas publicitarias como si fueran joyas exóticas.

Pero, ¿qué tan reales son estos ingredientes que nos prometen estos viajes olfativos extraordinarios? ¿Estamos oliendo la flor auténtica… o un espejismo bien diseñado?

Ingredientes vs Notas: Una Distinción Esencial

Primero, es necesario aclarar un punto fundamental: en perfumería, nota no es sinónimo de ingrediente. Mientras el ingrediente es una materia prima concreta (como el aceite esencial de vetiver, por ejemplo), la nota es la percepción olfativa que el perfumista construye, a menudo combinando múltiples elementos, naturales o sintéticos, para recrear una idea.

Una nota de rosa, por ejemplo, puede estar compuesta por rosa real, pero también por moléculas sintéticas como geraniol o damascenona, que evocan la esencia de la flor sin necesidad de utilizarla en su forma pura.

El Arte del Acorde… y la Ilusión

Muchos perfumes, incluso los que presumen ingredientes nobles, usan acordes: combinaciones de distintas materias primas. De esta manera simulan aromas naturales sin necesidad de emplear el ingrediente real. Esto no es en sí un problema: la perfumería es también alquimia, creación artística y técnica refinada. El uso de moléculas sintéticas de calidad permite incluso proteger especies en peligro y lograr efectos imposibles de capturar directamente de la naturaleza.

El conflicto surge cuando se vende una ilusión como si fuera la materia prima pura. Cuando un perfume declara llevar oud natural pero en realidad contiene una base sintética económica que genera un leve recuerdo de su profundidad animal y resinosa, se produce entonces una disonancia entre lo que se promete y lo que se entrega. Y el consumidor, muchas veces, no tiene forma de saberlo.

Marketing vs Transparencia

En esta industria, el storytelling se ha convertido en una herramienta clave, por lo que hay marcas que construyen castillos de palabras para disimular la ausencia de sustancia. El marketing olfativo, que al final es tan seductor como engañoso, puede hacer que una simple fragancia frutal se llame de “elixir de orquídeas negras de Madagascar”, cuando en realidad está construida con un mix de moléculas genéricas y un diseño de envase suficientemente atractivo.

La Belleza de lo Auténtico

Ser auténtico no es sinónimo de usar solo ingredientes naturales ni de rechazar lo sintético. Es, más bien, una postura ética y estética: usar lo necesario para expresar una emoción genuina, y hacerlo con respeto por quien recibe el perfume.

La próxima vez que leas “jazmín de medianoche” o “tallo de rosa”, acuérdate de que estás leyendo poesía olfativa, no necesariamente una lista de ingredientes reales. Haz preguntas, investiga, y deja que tu nariz y tu intuición guíen tu experiencia.

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