En la antigua Pompeya, Agatho creaba ungüentos para la aristocracia del Imperio Romano. Según la leyenda, el maestro perfumista estaba dotado de tal talento y tenía un conocimiento tan profundo de los materiales que sus esencias se consideraban obra de los dioses.
Este proyecto olfativo redescubre y celebra la excelencia de estos ungüentos y da un toque contemporáneo al paisaje olfativo del mercado mediante el uso de materiales naturales de la más alta calidad. El legado de la historia, la esencia del futuro.
Sus perfumes se presentan en envases exclusivos y elegantes: frascos de porcelana hechos a mano sellan las fragancias. Las técnicas de fabricación han sido transmitidas desde 1740 por la Real Fabbrica di Capodimonte, fundada por el filántropo rey Carlos III de Borbón, bajo cuyo reinado comenzaron las excavaciones de Pompeya.